La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula
ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos,
donde se forman las células sanguíneas. Los primeros síntomas de leucemia son cansancio, falta de apetito o fiebre
intermitente. A medida que la afección avanza aparece dolor en los
huesos, como resultado de la multiplicación de las células leucémicas
en el sistema óseo. Puede ser de dos tipos según el tiempo en que se presente; leucemia crónica o leucemia aguda.
- La leucemia aguda es un tipo de enfermedad de se caracteriza por la proliferación de células hemáticas, que pueden ser de estirpe mieloide o linfoide. La leucemia se presenta por una mutación de la célula germinal pluripotencial, que se expresa como la incapacidad de las células precursoras para madurar, por lo que en sangre periférica aparecen blastos o formas inmaduras, que sustituyen progresivamente al tejido hematopoyético normal, produciendo un descenso de las tres series hematopoyéticas; produciendo así una panmielopatía. La mayor parte de las veces su origen es desconocido pero algunas LAM y LAL parecen estar asociadas a veces (leucemias secundarias) a distintos factores como radiaciones ionizantes, virus HTLV-1, factores genéticos o exposición a tóxicos. En un análisis de sangre solemos encontrar anemia, trombopenia y granulopenia y en una punción de médula ósea se observa un infiltrado de blastos superior al 30% de la celularidad medular. A pesar de ser una enfermedad maligna, es muy sensible a los citotóxicos y el tratamiento es curativo.
- La leucemia crónica (tanto la LMC como la LLC) se dan cuando se produce el crecimiento anormal de células maduras o bien diferenciadas, lo que las diferencia de las agudas en donde existe un exceso de células inmaduras.
- Otro tipo de leucemia crónica linfática es la tricoleucemia que se caracteriza por la presencia de células con proyecciones citoplasmáticas en forma de pelos.
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